19 de mayo de 2020

SOFÍA PETROVNA, de Lidia Chukóvskaia

Al inicio del confinamiento, en marzo de 2020, la editorial Errata naturae decidió liberar y distribuir gratuitamente una veintena de títulos de su catálogo, de modo que todos pudiéramos seguir teniendo acceso a lecturas de calidad.

Entre ellos se encuentra el libro que hoy os presento: Sofía Petrovna, una ciudadana ejemplar, de la autora soviética Lidia Chukóvskaia. Podéis descargarlo o leerlo en línea en este enlace.



Sinopsis

Sofia Petrovna, viuda de un prestigioso médico, trabaja como mecanógrafa en una de las más importantes editoriales de Leningrado. Parece que la vida y el Estado le sonríen a pesar de las continuas estrecheces: el resto de las mecanógrafas de la oficina está bajo su eficaz batuta; su sueldo es cada vez mayor; su propio hijo ha dejado de ser un muchacho para convertirse, al fin, en un joven y guapo ingeniero también ejemplar: ama la herencia de la Revolución y el Partido casi tanto como a su madre, a quien alienta en su dedicación y empeño. Nos encontramos a mediados de los años treinta, y enseguida —en medio de un misterio que quizá nadie consiga resolver nunca— el vértigo innombrable de la Gran Purga va a arrastrar hasta el centro de su vacío a Kolia, el hijo. Comenzará entonces una «segunda» y ejemplar, en el sentido cervantino del término, novela: un verdadero aprendizaje sobre la vida y sus sinrazones, una parábola a la vez ingrata e insuperable; es decir, una pieza literaria de primer orden. O, como suele decirse, un texto que nos muestra la otra cara de la verdad, ésa que muchas veces inventamos nosotros mismos para no perder toda esperanza. 


Biografía de la autora

Lidia Chukóvskaia (San Petersburgo, 1907 – Moscú, 1996) cultivó distintos géneros: poesía, memorias, crítica literaria y narrativa. Gracias a su padre —el famoso escritor para niños, traductor y crítico Kornéi Chukovski—, tuvo acceso al mundo de la intelligentsia rusa durante un periodo especialmente tumultuoso. Su segundo marido fue Matvéi Bronstein —físico teórico pionero—, arrestado en 1937 y ejecutado un año después, lo que acrecentó su deseo de denunciar una verdad que vertió en todas sus obras.

Sofia Petrovna, editada en España por Errata naturae en 2014, fue redactada en secreto en un cuaderno escolar durante el invierno de 1939-1940, pero no pudo publicarse en su país hasta cincuenta años después, debido al apoyo de la autora a disidentes del régimen como Solzhenitsyn y Sájarov.

Como señaló la propia autora, «mi obra se escribió con la huella de los acontecimientos aún fresca en mi mente». Lidia Chukóvskaia combatió el miedo con palabras, el silencio con el testimonio, la colectivización con la historia individual, la indiferencia ante el dolor de los demás con la empatía para con el sufrimiento ajeno, el heroísmo tradicionalmente de corte masculino con el espacio íntimo femenino. Poniendo en riesgo su vida, llenó de realidad la ficción para hacer que el futuro lector de este libro único y necesario supiera del pasado, de modo que la memoria de lo acontecido se mantuviera siempre viva.

Otras obras suyas son Inmersión (Errata naturae, 2017) y Crónica de un silencio (Errata naturae, 2020).

Lidia Chukóvskaia (1907–1996)


Referencias

Reseña de la novela en la editorial Errata naturae

La autora en Errata naturae

La Gran Purga en la Wikipediaen diario El Confidencial


2 comentarios:

  1. Quizás esta novela (la única conocida hasta la fecha dedicada al Gran Terror de 1937-1938 de la dictadura soviética) va a resultaros dura, ya no en su forma pero sí definitivamente en su contenido. Una lectura para reflexionar.

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  2. Esta novela es la expresión de las trágicas vivencias que la autora tuvo que soportar durante la Gran Purga: su marido, físico teórico y autor de libros infantiles de divulgación científica, fue arrestado en agosto de 1937, encarcelado, juzgado, condenado a la pena capital y ejecutado, en febrero del año siguiente, víctima de la represión estalinista. Como otras muchas mujeres, Lidia Chukóvskaia, pasó todo ese tiempo haciendo interminables colas con el fin de conseguir noticias de su marido, pues solo sabía que tenía una condena de diez años “sin derecho a correspondencia”, un eufemismo que significaba que el preso había sido fusilado. La originalidad de la novela reside en que fue escrita “en caliente”, con la huella de los acontecimientos recién impresa en la mente y en el corazón de la autora.

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